Aunque la palabra lo dice, «automático», deberemos tener siempre un mantenimiento durante todo el año para que el sistema funcione correctamente. Un sistema de riego es un mecanismo que cuando está funcionando nos quita mucho trabajo, pero también hay que saber que si no funciona bien nos puede dar muchos dolores de cabeza. Sobre todo en la factura del agua.
Puntos a tener en cuenta a la hora de instalar un riego automático
Valorar los pros y contras de un sistema de riego automático es algo que debemos realizar antes de instalarlo. Veamos algunos puntos importantes que deberías valorar.
Hay que valorar el tamaño del terreno, la dificultad de realizar agujeros y zanjas para las tuberías, la llegada del agua hasta el sitio, las sombras producidas por los árboles, tipo de arbustos o plantas que tenemos en el terreno, tipo de suelo y el presupuesto que nos podemos gastar. Lo menos importante es tener electricidad ya que hoy día hay sistemas autónomos con batería.
Presupuesto de un riego
En función de los metros cuadrados de terreno supondrá un gasto más o menos grande. El programador deberá tantos sectores o estaciones como hayamos diseñado. Cuanto más grande es un programador más caro es su precio. A ello hay que añadir las electroválvulas que lo controlan, las tuberías, piezas de unión, aspersores y difusores o incluso pensar en sistema de goteo dentro del mismo riego. En definitiva, hay que consultar a un experto para que valore todos estos puntos y no nos falle nada a la hora de poner un sistema de estas características en marcha. No hay nada más frustrante que un sistema de riego mal calculado y que no riegue bien por falta de previsión en su diseño. Para ello quizás pienses en colocar césped artificial.
Diseño de un sistema de riego
Para el diseño de un riego debemos tener en cuenta lo siguiente:
- El presupuesto que tenemos para gastar en la instalación para decantarnos por unos materiales u otros
- El área que queremos regar
- Las zonas de sombra durante diferentes horas tanto en verano como invierno
- Zonas donde tenemos humedad ya bien sea por sombras o por tipo de suelo
- Distancias entre árboles, arbustos y obstáculos que haya en la zona
- Donde tenemos la toma de agua y luz (aunque esto último no importa mucho ya que existen buenos sistemas autónomos)
Una vez tenemos estos puntos claros, deberemos acudir a un experto para que nos calcule la cantidad de aspersores, difusores o goteo pertinente. Cada elemento sirve para una cosa y hay que cuidar de no mezclar dichos elementos entre sí.
Para ello las principales marcas de sistemas de riego como Hunter y Raind Bird tienen en sus sitios web diferentes herramientas para que puedas calcular tu sistema de riego. Si crees que es demasiado complicado, no dudes en contactarnos.
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